diumenge, 24 de juliol del 2022






 




Última vinyeta de la temporada. Això vol dir que estaré unes 
setmanes sense publicar ací, porte ja un any ben complit penjant
 molt seguit dibuixos, vinyetes, textos, etc. ací en El Planeta Acapu
en les xarxes (anti)socials i ja és hora de tancar la paradeta. 

El curs que ve ja veuré com m'ho organitze, però ara necessite parar.
 Que tingueu un bon estiu o un bon hivern (això depén de gustos 
d'hemisferis) i que no passeu molta calor 
ni tampoc molt de fred. Salut!


















dissabte, 23 de juliol del 2022






 




"La radical oposición a la energía nuclear, base de todo lo que hoy
 consideramos ecológico, también se basa en que ya hace mucho, medio
 siglo, la desenmascaramos como mentirosa que es. Ni es barata, ni es
 segura, ni es necesaria. No libera CO2 pero sí los máximos de peligrosidad.
 No solo por la soberana injusticia que supone dejarle a las próximas
 300/400 generaciones un problema que no tiene solución alguna, sino
 también porque son la materia prima de lo más mortífero, como
 armamento, que existe. Es más, mientras haya terremotos, tsunamis 
o dictadores no debería ser posible una sola central nuclear más y 
sí clausurar todas las que funcionan todavía. En definitiva 
poco, o nada, menos verde que una nuclear".


Joaquín Araujo 
(fragmento de su artículo "El verde, la verdad 
más grande, convertida en mentira")












dijous, 21 de juliol del 2022






 




Vinyeta gran format per a la perruqueria RosTres de Castelló.








dimarts, 19 de juliol del 2022

dilluns, 18 de juliol del 2022







 





"Hay vida más allá de la actualidad. Mejor dicho: solo hay vida más allá de la actualidad".

Josep Maria Esquirol 








diumenge, 17 de juliol del 2022







 





En el centro de la estancia, una escuálida bombilla apenas ilumina 
un contrabajo herido. Altivo, todavía se mantiene en pie, ajeno al
 silencio que se muere de frío agarrado a las paredes vacías. A lo lejos,
 una rendija fina y blanca chirría y se hace puerta, y los ecos de cristal 
de un piano perdido entran sin pedir permiso. Llegan a tiempo 
para fundirse con la última queja de él.





>> YEHA-NOHA <<






divendres, 15 de juliol del 2022





 



Podría hablar de dinero pero mi relación con ese señor ha fluctuado 
entre escasa, esquiva e inexistente, así que no me siento yo muy
 motivado para hablar de él. Podría por tanto hablar de felicidad, 
pero tampoco he sido yo muy agraciado con los favores de esa señora, 
y además sería extenso el tema, con tantas formas diferentes de
felicidades y de señoras que hay. Así pues, dejaré de disimular que 
hoy tengo algo interesante que decirles a ustedes, señoras y señores, 
y no diré nada más. Por cierto, la viñeta de hoy es versión nueva 
de una viñeta que hice hace una década. Hasta luego, señoras 
y señores naturales, no se sepulten ustedes en 
artificios asfixiantes, porfaplis.










dijous, 14 de juliol del 2022





 





Si és de dia o és de nit
no ho sé. Ni si és una cadira
o és un llit. Tampoc si és un forn
salvatge o un tros de gel que
navega i sospira i vol besar
més i més pell...
 
Ai... No ho sé, ni sé de qui és
el crit humit, lliure i viu, ni si és
un dit o són dos o són tres, ni tampoc
puc dir si els llavis somriuen demanant
més aigua, o si riuen plàcids llepats
pel riu més obert del món...
 
Ai, no ho sé! No ho sé o potser és
que no vull dir-ho. O que ara és
de dia i també és de nit i algú
arriba al cim del mar, i allà
es desfà i allà es
desperta...
 
I allà cau
i abraçada
a l’onada que
encara davalla i
encara li esvara pel sexe i
pel cor, s’abandona i vola i vola...
 
I vola i es retroba. I el cos i el pensament
renaixen alhora. I en silenci els pits i la
cintura, i els malucs i la boca, i el cul
i les mans, i la gola i les cames, i el
nas i la llengua no diuen res més
perquè ja ho han dit tot.









dimecres, 13 de juliol del 2022





 



A falta de media hora para las dos, el sol cocina a fuego lento el centro 
de la ciudad. La plaza de hormigón armado con arena del desierto está
 tan vacío que los cuatro árboles que la habitan se han ido al amanecer,
 asqueados por la temperatura indecente, y no volverán hasta que
 alguien encarcele a los mil demonios que diseñaron ese infierno. No 
son horas ni calores para una primera cita, piensa ella mientras airea 
sin disimulo la camiseta de tirantes, ahí debajo dos afluentes de sudor
 recorren la piel del escote y se reúnen en el lago que hay entre un 
pecho y el otro para luego bajar en cascada hasta el ombligo humeante.
 Del pubis mejor no hablar, ya es una cuba de vino caliente donde
 fermenta una flora y una fauna que ni el más osado reportero del
 National Geographic se atrevería a explorar. Porque todo el cuerpo 
está siendo torturado por sales resecantes y aceites pegajosos, y 
los maquillajes y los desodorantes dejan rastros de lava negra 
en esa figura ahora irreconocible que hace equilibrios 
sobre unos zapatitos de mantequilla hirviendo.

Busca en la estufa de su bolso el móvil para ver la hora pero ella 
ya no puede ver nada. El peinado que salió esta mañana de la pelu 
se ha descompuesto y el amasijo desquiciante de tinte y picores le 
ha invadido toda la cara y, justo cuando está al borde del desmayo o 
del ataque de pánico, siente un beso sorprendente y refrescante en 
el cuello, y escucha a través de la selva asfixiante Hola, ya estoy aquí. 
Y alguien la rocía con finas gotas por los cuatro costados, y la desnuda, 
y la desmaquilla, y la destiñe, y la desodoriza y la rehidrata. Y la limpia
 entera con firmeza y suavidad. Es fresco y elegante su tacto. Y su 
aliento es amoroso hasta el punto de llegar a un orgasmo prematuro 
casi sin darse cuenta, con un gemido ronco que le emerge de algún 
río subterráneo que ella desconocía y que le regala un chorro de 
placer puro y escandalosamente inocente. Y temblorosa logra 
apartarse el pelo húmedo que le tapa los ojos y se descubre amada 
por la nube más bella de toda la atmósfera celestial, y entonces deja 
de temblar y toma las riendas y la cabalga frenética y salvaje, medio
 derretida por fin, hasta fundirse las dos en un largo relámpago que 
las lleva directamente al centro mismo del paraíso eterno.

A las dos en punto un señor trajeado y calado hasta los calzoncillos 
mira perplejo la tormenta que se aleja y, todavía con una cajita
 de bombones haciendo caca en sus manos, llega a la 
conclusión de que algo no ha ido bien en esta cita.







dimarts, 12 de juliol del 2022






 



Crec que va ser en la Facultat de Belles Arts on vaig escoltar 
per primera vegada allò de què per a fer un bon retrat 
s'ha de buscar l'essència de l'ens retratat.














dilluns, 11 de juliol del 2022





 



Hace ya muchos muchos años le oí decir a un pene escritor una cosa que
 ahora repetiría pero ya no me acuerdo (hace muchos demasiados años y
 no me apunté la cita), quizá otro día me acuerde, pero hoy aquello que
 dijo el gran escritor de pene está encerrado en algún cojón oxidado de
 la memoria y no hay manera de recordar. Tampoco se pierde nada con
 el olvido, el señor don aquel era tan poco original que ni llegaba a
 mediocre, y era además un escritor de escroto racial y mucho machote 
a por ellos oé oé. Sí puedo decir su nombre, pues aunque no alcanzó 
la fama, tuvo repercusión y bombo y platillo en los medios de
 incomunicación allá por la década de los ochenta o noventa, de qué 
siglo ya no sé, pero su nombre ya da pistas sobre la anquilosada lejanía
 de sus orígenes: Don Filemón Mosistraco de los Santos Santos. Sí, largo
 nombre para un hombre de cortas miras y prejuicios eternos, así que 
la gente del pueblo le llamó Fi, y la irreverencia popular transformó 
aquel Filemón Mosistraco en el más ágil y divertido Fi Mosis. Y no es 
que el nunca suficientemente enterrado escritor tuviera algún problema
 con la bajada y subida de su prepucio, al contrario, lo cierto es que 
su prepucio era tan elástico que con facilidad podía subírselo hasta 
el sobaco izquierdo y meterlo allí para que no se le constipara en las
 solitarias noches de invierno. No no no, él problemas de prepucio no
 tenía, pero ya sabemos cómo es la gente, inventa leyendas y se las cree,
 incluso hay quien, como el escritor desconocido que esto escribe, se
 inventa una historia así para reírse de los rancios abolengos que todavía
 hoy reinan en la intelectualidad reinante y para imaginar que alguien 
se ríe con él y, también, para finalizar sin más estas palabras 
con un fino y afinado fin. Fin.












diumenge, 10 de juliol del 2022

divendres, 8 de juliol del 2022






 




Después de la conversación con Ana, el hombre de la faja negra 
se fue al bar del pueblo y se tomó un vino con su primo Gayetano. 
No estuvo mucho tiempo, tenía que ir al campo a trabajar, y de camino 
al huerto intentó pensar. Le costó hacerlo. Siempre le había costado,
 notaba algo así como pedruscos enormes que le comprimían el cerebro,
 quizá eran prejuicios, o la falta de costumbre. Pero hacía el esfuerzo y
 trataba de comprender qué le pasaba al pueblo, la gente no era como él,
 heterosexual a jornada completa, siempre atento a que la próxima moza
 que viera se convirtiera por fin en su moza heterosexual soñada. No, las
 mujeres suspiraban por los encantos de sus vecinas, y con los hombres
 no se podía hablar de tías, ellos solo tenían ojos y ojetes para los tíos.
 Cogió la azada y se puso al tajo, tenía buena espalda y brazos fuertes y
 la tierra se le abría sin dificultad. Y a cada golpe una lágrima, finas
 lágrimas caían de su cara robusta sobre los terrones oscuros. Llevaba
 sembrando así desde jovencito, desde que su padre emigró a la ciudad
 para protagonizar películas porno para gais, lágrimas como semillas,
 semillas como lágrimas, desde que su madre se fue a Londres a vivir 
a tope su historia de amor con la hija secreta de Margaret Thatcher.
 Aquella mañana tenía lágrimas para llenar de semillas todo el desierto
 del Sáhara, y cuando llegó a la roca de siempre, a la gran piedra que
 estaba allí desde hacía generaciones, no hizo lo de siempre, no la rodeó.
 Se subió y le dio el golpe más terrible que nunca imaginó que podía dar.
 Y la partió, partió la piedra, se abrió como un melón y sintió que lo podía
 todo, de un golpe supo que la rabia contenida que acunaba desde niño
 había encontrado salida, y se había ido. Y volvió al pueblo, y buscó a
 Lesbiana, y a Ana, y a Gayetano y a Florecito y a Muchachorra y a todos 
y a todas y también a todes y repartió y recibió abrazos y les lloró y 
le lloraron también a él. Luego, quizá un minuto después o un año o 
quizá más, encontró a su moza heterosexual soñada. Y colorín 
colorado, este cuento ya se ha sembrado.









dijous, 7 de juliol del 2022






 




Potser tenen els millors jardins, sí. 
Però nosaltres tenim els millors deserts, sí sí sí.







dimecres, 6 de juliol del 2022




3 dibuixets 
que vaig fer fa 4 anys 
i que encara no havia publicat per ací:





 




























dimarts, 5 de juliol del 2022







 






(versión nueva de un mundo globolizado que ya retraté en dos ocasiones)
(la primera vez fue hace 9 años) (y la otra fue hace 7 u 8)











sense paraules 




 









dilluns, 4 de juliol del 2022





 




Creo que fue Requesón de la Barca quien escribió aquello de 
“¿Qués la vida? La vida es queso, y los quesos… besos son”. 
Creo que fue eso lo que dijo, pero no sé si lo tengo bien creído, eso. 
Por cierto, el queso de la viñeta se lo tiene muy creído, ¿no? 
Lo digo porque la nube está así, tan nube, por mí.

P.D. En la realización de la viñeta ninguna nube se quedó seca, 
en todo momento estuvo hidratada y saludable. Tampoco sufrió 
daño alguno el queso, el cual fue confeccionado con leche de vacas 
que pastan todo el día en los prados y las montañas, junto con algún 
que otro toro y un juguetón grupo de terneritos y terneritas.

P.D.2 No a las macrogranjas ni a ningún otro lugar donde 
se practique el maltrato animal.

P.D.3 Hasta luego, animalillos y animalillas.













diumenge, 3 de juliol del 2022






 





"Un comença a ser ric quan té por d'esdevenir més pobre del que és".

Joan Fuster









divendres, 1 de juliol del 2022









 


Siempre ha habido censores. O no siempre: me huelo que los censores
 brotaron cuando las sociedades humanas empezaron a (des)organizarse
 jerárquicamente, fue entonces, por cierto, cuando también se fabricaron
 los primeros ascensores (y descensores) sociales. Y en esas estamos
 todavía, y el humor gráfico, como cualquier otro arte, navega en esa fina
 ola que separa lo socialmente admitido y lo que ni está tan regulado ni
 tan aceptado. Cierto es que la mayoría del humor gráfico que se hace hoy
 día, como la mayoría de la creación artística, no se la juega en esos
 surfeos, porque son arriesgados, lo habitual es acomodarse en fórmulas
 conocidas y en zonas de confort una y mil veces recorridas. Y no
 desplegaré ahora argumentos bien reflexionados y bien contundentes 
en contra de esa opción, cada quien decide por donde lleva su vida y su
 arte, pero con la viñeta de hoy lo que defiendo y lo que reivindico es 
el arte comprometido con la sociedad donde vive, donde dibuja, donde
 escribe o donde respira. Tampoco haré apología ahora del arte social, 
o arte denuncia, o arte despierto o como queráis llamarlo. No, no lo haré.
 Porque ya me cansé. No es que me haya cansado de hacer ese arte, de lo
 que me he cansado es de intentar convencer a nadie de hacerlo, tengo
 ojos para ver que la mayoría está por otra labor, una labor equivocada 
y cobarde y conformista desde mi punto de vista, pero muy en
 consonancia con la corriente de pensamiento actual, tan (por decirlo
 muy suavemente) fofo y aburrido. Me encontraréis donde siempre he
 estado, en esa fina ola que separa la ficción de la realidad, haciendo
 humor blanco de lo más ingenuo y surreal y haciendo también humor
 profundo de lo más irónico e hiperreal, un viaje quizá incoherente y
 desde luego muy poco comercial, pero es mi manera de buscar el
 equilibrio en una sociedad que me decepciona más allá de mis límites. 
Y diría más, pero ya lo dijo Ana María Matute mejor que nadie, así que
 con sus palabras os dejo: “El mundo hay que fabricárselo uno mismo,
 hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay 
que inventar la vida, porque acaba siendo verdad”.