dimecres, 29 de juliol del 2020
















—¿Qué es para ti lo más bonito del mundo, Cactus? 

—Irse, esa es la verdad.

—¿Irse?

—Sí, Ximo, es hora de irse ya.

—¿Adónde?

—Al de cierto ya.

—¿Al desierto?

—Cierto, Ximo. Al de cierto nos vamos, que tú necesitas unas vacas y unas ciones ya.

—Ay… Pues va a ser que sí…

—Sí, que ya estás tú muy agrietado ya.

—Agotado, querrá usted decir, don Cactus.

—También, señor Ximo. Venga despídase usted del vello púbico ya.

—Del bello público, Cactus, se dice bello público, ¿cuántas veces tendré que recordártelo?

—Dos mil seiscientas cincuenta y ocho veces coma cinco.

—¿Exactamente?

—O más o menos.

—En fin… ¿De qué estábamos hablando?

—De las vacas y las ciones, amigo Ximo. Despídete ya mismo ya.

—Eso, sí. Querido y bello público: dejo de publicar unas semanitas. 
Y la idea es volver… a ver qué día…

—Cuando vuelvas volverás, Ximo. Ahora despídete ya.

—Vale, me despido. Desaparezco, solo me veréis el pelo cada 5 o 6 días en Patreon, y…

—¿Qué pelo te veremos allí, Ximo?

—Es una manera de hablar, Cactus.

—¿Por qué?

—¿Ya empezamos con el absurdo?

—¿Tú sabías, Ximo, que el absurdo empieza y termina en el mismo sitio?

—¿Dónde?

—Ni idea, pero despídete ya, Ximo.

—Qué pesadito eres cuando quieres, Cactus.

—Sí, qué pinchadito soy cuando quiero, y, claro…

—¡Pues hasta luego, gente! ¡Nos vemos más adelante!

—Yo también quiero despelotarme ya.

—Despedirte, querrás decir.

—Sí sí, hasta luego, ricuras, ¡y sed bonitos y bonitas cuando no haya policía vigilando! 
¡Haced cosas hermosonas y desvergonzadonas y antiautoritarionas! 
¡Y lameos bien los sueños! ¡Y los sobacos!

—¡Cactus! ¡Va, que nos vamos!

—¡Hasta prontooo! ¡Y haced cosas hermosonas también cuando haya policíaaa! 
¡Que no os reprima ni dios, ni amo, ni banderaaaaa! ¡A ser felices yaaaaaaaaa!

—Ay ay ay…

—Ya ya ya…