dissabte, 31 d’octubre del 2020

dijous, 29 d’octubre del 2020










A veces es tan sencillo como eso, sentir el airecito bueno y dejarse 
acariciar por el solecito. Hay veces que no, que no es tan sencillito, y 
hay otras veces que es cuestión de actitud, de hacer un poco (o un 
mucho) de esfuerzo y ver el lado boniato de las cosas. Y además dicen 
(con razón), que el lado boniato de la vida es nutritivo y aporta energía 
física y mental. Y es una raíz, ahí donde la ves, sí sí sí: el lado boniato 
de las cosas tiene su profundidad, su naturaleza y su honestidad. 

Hoy, dibujando, me doy cuenta de que hace un día boniato. Es verdad 
que no puedo salir a disfrutarlo (estoy confinado) (son las cosas de 
los virus famosos) (por suerte aquí lo estamos pasando sin grandes 
gravedades, como una gripe de esas muy fastidiosas pero van pasando 
los días y ya cada vez estamos mejor). Y lo que decía, no puedo salir 
a disfrutarlo, salir a caminarlo como me gusta cuando los días son así 
(y cuando los días son asá también me gusta caminarlos, y disolverlos 
un poco, y revitalizarme). Y lo que decía, que hoy hace un día boniato, 
es posible respirar, es posible dibujar, es posible asomar la cabecita a 
la calle y sentir el sol. Así pues, aunque sé que hoy el día es más o 
menos como tantos otros días insulsos, me digo que hoy hace un 
día boniato. Sí, sí, sí: un día raíz, un día natural, un día tan bueno 
como cualquiera otro para sonreír, a pesar de los posares (sí, posares, 
la tristeza, como la alegría, muchas veces se disfraza de posares, 
de poses, y también de postureos). Pero lo que decía, hoy hace 
un día boniato, y eso hay que celebrarlo. 















 

dimecres, 28 d’octubre del 2020

 








L'estat on vivim (l'estat espanyol) no té bona salut. No era bona la 
salut fa 1 any, ni fa 10 ni fa 30. Ni la salut democràtica ni la salut social 
ni la salut de la sanitat pública eren bones, per tant no és sorprenent 
(però sí que és molt trist) que les coses s'estiguen com s'estan fent, 
tan malament, però en cap cas ens hem de resignar. Encara que el 
més fàcil és caure en el pansiment, i abaixar el cap i l'esperit crític i 
dir que no hi ha altre remei, no ens hem de resignar. Jo, ho he de 
reconéixer, els darrers mesos no he sabut gestionar tota la ràbia, tota 
la sensació d'injustícia, i m'he tancat prou en mi mateix. L'altre dia, 
per exemple, em vaig esfondrar tant que sense voler vaig obrir un forat 
a terra i, xino xano, vaig arribar a Austràlia. Sort que em vaig trobar 
amb un cangur que era bona gent i vam estar xerrant un poc de tot 
i gràcies a ell ara ja estic millor. Sí, estic millor, després de tornar 
d'Austràlia estic millor (no vaig tornar pel mateix lloc, no vaig 
necessitar esfondrar-me de nou, vaig enlairar-me fins a la lluna) 
(per això han trobat aigua a la lluna) (són les meues llàgrimes, i 
les llàgrimes d'altra gent que també tornaven a casa després d'anar 
a Austràlia). En fi, ja veieu quines coses dic. Tot molt coherent 
i reflexionat. Un altre dia vos contaré les meues converses amb gent 
que estimula el meu esperit cítric. Sí sí sí: cítric. Jo és que parle molt 
amb taronges i llimes i pomelos. Són bona gent, també, les taronges 
les llimes i els pomelos. Però ara ja me n'he d'anar. On? 
És fàcil: a casa. Encara estic a la lluna, jo. 














dimarts, 27 d’octubre del 2020






 






("remake" de una viñeta extasiada que hice hace unos años) 


(Por cierto, podría entrar ahora en el debate de si, en el mundo de los orgasmos
hay uno que fue el original de todos y luego los demás son remakes, o revisitas, 
o versiones nuevas que tratan de mejorar aquello que un buen día se nos ocurrió 
por vez primera. Pero casi que no abriré ese melón, o esa calabaza, o ese éxtasis 
filosófico o psicológico o espiritual o extraordinariamente corpóreo. Así pues, 
me despido por hoy y que cada cual piense lo que le plazca sobre el 
inacabable universo de los orgasmos y de sus alrededores). 











diumenge, 25 d’octubre del 2020






 



Hoy podría hablar de la paciencia, o de las nubes que pasan, 
o del coronavirus, o de la salud personal o climática o mundial, pero prefiero 
hablar de algo de lo que nunca he hablado, porque nunca me había pasado: 
He ganado un primer premio de humor gráfico. Sí sí sí: hace 9 o 10 años obtuve 
un segundo premio en un certamen de humor hostelero, y ha habido menciones, 
selecciones… pero nada más. Por eso cuando me llamaron del ayuntamiento de 
Portugalete me dieron una sorpresa y una alegría, sobre todo porque llevo 
presentándome al Concurso de Cómic “Noble Villa de Portugalete” desde el 
2009 (mira que ha llovido, desde entonces) y el resultado siempre era el 
mismo, hasta el punto de que los últimos años ya me presentaba a ese 
y a otros concursos casi por inercia, como quien cumple una rutina, 
sin esperar nada. Pero aquí está, la nubecita (im)paciente de hoy 
es la ganadora en la categoría de tira cómica de la edición de 2020, 
y además hay recompensa económica (lo cual también es de agradecer 
y celebrar, que la gente que nos dedicamos al artisteo no nos 
alimentamos ni nos vestimos con likes, ni tampoco de algoritmos 
traicioneros de Instagramo, o de FaceMooko, o de Twitterror)

Y ya está todo dicho, espero dentro de una década o dos poder decir 
que he ganado otro premio, grande o pequeño, aunque soy de la opinión 
de que los premios de verdad importantes no son los que te da un 
jurado. Son otros. Son esos premios que se ganan o se pierden cada 
día, aprendiendo, pensando, sintiendo, compartiendo… y, en mi 
caso, también dibujando ventanas que permitan respirar un poco 
mejor. ¡Ah! Y gracias muchas a la gente que me apoyáis de 
un modo u otro, es por vosotr@s que este acapu 
que llevo dentro sigue latiendo :-)












divendres, 23 d’octubre del 2020

dimecres, 21 d’octubre del 2020






 






Vinyeta gran format per a la perruqueria RosTres de Castelló.












dijous, 15 d’octubre del 2020





 





Decía Sigmund Freud que para hacer bien el amor hay que venir al sur 
(para ser exactistas y rigurosísticos conviene aclarar que no fue él quien 
lo dijo) (lo dijo ella, Raffaella Maria Roberta Pelloni) (menos conocida 
como Raffaella Carrá). Y ya está, esta es mi gran aportación a la 
psicología universal de todos los tiempos y lugares. Otro día hablaré 
de Wilhelm Reich, él decía aquello de Por si acaso se acaba el mundo 
todo el tiempo he de aprovechar, corazón de vagabundo voy buscando 
mi libertad (para ser otra vez exactistas y rigurosísticos conviene aclarar 
que no fue él quien lo dijo) (fue ella, Raffaella, también) (quién me iba a 
decir a mí que iba a hablar en uno de mis posts de ella, de Raffaella) 
(en fin, para superar el trauma que tan grandiosa herejía me está 
ocasionando pediré cita con mi psilócoga) (a ver si ella me canta 
aquello de He viajado por la tierra y me he dado cuenta de que donde 
no hay odio ni guerra el amor se convierte en rey) (esto último 
también lo decía ella, Raffaella) (me voy a terapia ya) (sí sí sí). 






















dimarts, 13 d’octubre del 2020

diumenge, 11 d’octubre del 2020








 







(versión nueva de una viñeta que hice hace unos cuantos años 
y que
ya buceó en este planeta llamado acapu) 












dissabte, 10 d’octubre del 2020





 



Fa un parell de setmanes, quan vos vaig parlar de les camisetes made in acapu
no esperava una onada descomunal de persones interessades en elles, ni tan sols una oneta 
d'eixes discretetes que amb molta sort et llepen un poc els dits dels peus. Però va passar que va 
haver-hi persones que es van posar en contacte amb mi, i ací teniu unes fotos que m'ha enviat Eva, ella 
va ser la primera a demanar-ne una i ha estat la primera a tindre-la. Estic content perquè 
està contenta, i perquè em fa molta il·lusió veure un dibuix meu així, volant 
pels camins convertit en peça de vestir. Gràcies, Eva, 
per la confiança i pels somriures :-)










Hi ha altres camisetes made in acapu en procés i prompte 
arribaran a nous destins, ja vos aniré informant :-)

















dijous, 8 d’octubre del 2020






 







Vivim en un món on el pecat més penat (i més original) és buscar la natura que som. 
Però és bonic veure com una poca gent intel·ligent segueix fent, segueix buscant (i ho segueix trobant). 















dimecres, 7 d’octubre del 2020

 








—¿Algo más que decir sobre el gremio de publicistas, Cactus?

—¡Sí, Ximo!

—Pero antes piensa que es gente creativa.

—Sí, mucho.

—Y suelen trabajar duro.

—Sí, mucho.

—Y a veces rompen clichés y prejuicios.

—Sí, mucho.

—¿Me estás dando la razón como a los tontos, Cactus?

—¡Sí, Ximo!

—Pues tú también eres un poco tonto, hala.

—¡No!

—¿Cómo que no?

—Yo no soy un poco tonto, Ximo. ¡Yo soy muuuuy tonto!

—Bien dicho, la autocrítica es buena para la salud mental. Pero dime, 
Cactus, ¿tienes algo que añadir sobre la publicidad?

—Sí, Ximo. Tiene corazón.

—¿Quién?

—¡La publicidad, Ximo, la publicidad tiene corazón!

—¡Ah, sí? ¿Y dónde lo tiene, Cactus?

—¡En un lugar del supermercado!

—¿En un lugar del supermercado? ¿Dónde?

—¡En la sección de ultracongelados!

—Ufff… En fin… Estás combativo, ¿eh? Y despierto...

—¡Cierto!

—No como yo, que cada día ando más viejo y adormilado…

—Cierto.

—Tú eres eternamente joven, Cactus.

—Cierto. ¡Yo soy etieeeernamente jooooven!

—Bueno, lo de tiernamente, viniendo de un Cactus, suena un poco raro, ¿no?

—Pues un señor maduro como tú, Ximo, que la pasada primavera cumplió 
medio siglo, tampoco es lo más tierno del mundo.

—Bueno… cambiemos de tema, ¿de qué hablábamos antes?

—¿Antes cuándo, Ximo?

—Antes cuando yo era un jovenzuelo de larga melena y pintaba 
cuadros abstractos y tocaba la guitarra y hacía un fanzine.

—Yo a ese hippy descarriado no lo he conocido, Ximo.

—Eran otros tiempos aquellos, tú ni habías nacido.

—Estos también son otros tiempos. Venga, Ximo, ¡no te pongas melancóñico!

—Vale, pero habla bien, Cactus.

—Es que si hablo bien no soy yo.

—Pues también es verdad.

—Hasta luego, Ximo, que la ternura te acompañe.

—Chao, Cactus, que la púa te acompañe.

—¡Hasta luego, querido y tierno vello púbico! ¡Que la etiernidad os acompañe!

—Se dice querido, tierno y bello público, Cactus.

—Deja ya de rectificarme. Curvifícate, Ximo. ¡Curvifícate!

—Pues también es verdad…