dijous, 4 de novembre del 2021





 




Ay ay ay... Hay farolas por ahí que se lo tienen muy creído. 
O tal vez lo que pasa es que hay por ahí farolas muy simpáticas.
O quizá lo que sucede es que hay por ahí farolas que se lo 
tienen muy reído y comparten su alegría con quien se 
ponga por delante. O tal vez lo que pasa es que hay
gente que, como el niño aquel del sexto sentado 
(o agachado, ya no recuerdo cómo era aquel 
sexto) (igual era un sexto piso, puerta A) 
(o qué más da). Sigo con lo mío: 
el niño aquel veía muertos y 
veía psicólogos que le
decían cosas y
yo veo farolas que
me guiñan un ojo y me 
sonríen y me dicen hola y qué 
le voy a hacer, le he hecho un dibujito
a la farola antes de que una mala compañía 
de esas electriconas le robe su alegría o le aseste 
un apagón o cosas de esas que hacen las compañías
electriconas. Y ya nada más, que la fuerza os acompañe
y que el sol os dé besitos y que las nubes os hagan cosquillas 
en el atrio derecho, en el atrio izquierdo, en el ventrículo derecho 
y en el ventrículo izquierdo, y también, ya puestos a desear 
cosas bonitas, que os dé un buen morreo en la sístole 
y en la diástole. Hasta luego, corazones y azucenas, 
nos vemos en los mares, o a la vera de una farola.