Nueva colaboración con Xurxo Vázquez :-)
Si hace un par de semanas el
guion fue mío y el dibujo suyo,
ahora he dibujado yo a partir de su guion. En
colaboraciones así
se aprende mucho, no solo técnicamente, porque es posible
comprender mejor la mirada de otro dibujante.
Ya dije la otra vez que admiro a Xurxo: de primeras su dibujo recuerda
a Quino, por la alta definición y también la alta sencillez en
el trazo (es
diáfano como la mirada de un niño, y no esconde la experiencia y
las
frustraciones de un adulto), y la manera en que los personajes se
muestran
al público me llevan también a las tiras de Johnny Hart,
un maestro en exponer sin
marcos ni embalajes las contradicciones
de eso que llamamos civilización, en
especial la occidental.
Y también diría que en Xurxo veo algo de Will Eisner,
por la
melancolía y desesperación latente en sus guiones.
Y podría seguir enlazando referencias con leyendas del cómic
y
del humor gráfico, pero prefiero mencionar alguna de las muchas
viñetas de
Xurxo: La primera que me viene a la cabeza es aquella
donde un personaje escala
una inmensa piel de plátano que alguien
tiró en la calle, y no hay nada más,
porque no hace falta nada más
cuando el dibujo es, por sí solo, un verso libre.
Y digo verso porque
muchas de sus tiras cómicas evocan poéticamente realidades
difíciles
de digerir, como esa en la que Alguien te da una manzana, tú la
muerdes y enseguida eres reprendido, porque Alguien lo que quiere
es que te pongas
la manzana en la cabeza para practicar el tiro con arco.
Insisto: poesía, y
poesía visual de la buena es ese personaje con cara
de aburrido y resignado que
dice “Yo soy de la opinión”, y la frase es
en realidad otro personaje que lo
sujeta con una cuerda y un collar.
Y sí, sus viñetas no son cómodas para un público autocomplaciente
y perezoso, quizá por eso, pese a su fecunda imaginación y su dibujo
tierno y
simpático, no es muy conocido por el gran público. Pero la
gente que conocemos
su obra sabemos que Xurxo logra eso tan difícil
de lograr: él invita a pensar,
a sonreír y también a reír.
Y esos tres verbos son, por cierto, amigos íntimos del verbo liberar :-)