dijous, 5 d’agost del 2021





 





Hay por ahí mucho animal (presuntamente racional) campando a sus anchoas.

Y no diré nada más sobre esos individuos que campan a sus anchoas, 
porque no quiero ponerme de mal humor. También podría hablar 
de la gente que campa a sus berberechos, pero no quiero 
ponerme de mal amor, así que terminaré este 
brevísimo ensayo sobre el bientrato animal 
ahuyentando a las malas pulgas 
con un gruñido liberador y
lanzando al viento un guau agradecido dedicado 
a los buenos animales que todavía, afortunadamente, 
campan a mis alrededores. Hasta luego, animalotes y animalotas.











(versión nueva de una viñeta que hice hace una década)