Mentes encerradas que no se resignaron. Mentes que aprendieron
a saltar y nunca se acomodaron a verdades que, en el fondo, siempre
sintieron como látigos, cadenas, mentiras. Esas mentes son mis compañeras,
porque no abandonan a su suerte a su corazón, porque saben que nunca,
nunca, hay que cansarse de buscar nuevas formas de buscar.
Cuando las antiguas formas de buscar ya no llevan a ninguna parte,
cuando las puertas permitidas solo son entradas al mismo laberinto de siempre,
atrévete, si quieres, a sacar de ti aquello que siempre tuviste, aquello
que la mala educación no pudo borrar de tu memoria,
aquello infinito e irrepetible que eres tú...
a saltar y nunca se acomodaron a verdades que, en el fondo, siempre
sintieron como látigos, cadenas, mentiras. Esas mentes son mis compañeras,
porque no abandonan a su suerte a su corazón, porque saben que nunca,
nunca, hay que cansarse de buscar nuevas formas de buscar.
Cuando las antiguas formas de buscar ya no llevan a ninguna parte,
cuando las puertas permitidas solo son entradas al mismo laberinto de siempre,
atrévete, si quieres, a sacar de ti aquello que siempre tuviste, aquello
que la mala educación no pudo borrar de tu memoria,
aquello infinito e irrepetible que eres tú...