dimarts, 7 d’abril del 2020













Esta viñeta es mi aportación al proyecto #misemilladeconfinamiento
impulsado por la ilustradora Marta Benedí. Es un proyecto abierto a quien 
quiera participar, así que si te interesa, en la cuenta de Instagram 
@misemilladeconfinamiento explican cómo hacerlo. 

Tengo una opinión muy crítica con todo esto del confinamiento y el 
estado de alarma, pero ya en las últimas semanas he ido diciendo (y dibujando) 
lo que pienso, y ahora solo diré que cualquier confinamiento puede llevarnos 
a la miseria más absoluta o puede, si sabemos afrontarlo, ser una semilla. 
Por eso me gusta la iniciativa de Marta, porque relaciona un concepto cerrado 
opresivo (el confinamiento) con uno que es todo lo contrario (la semilla)

Estoy muy cansado de mentes confinadas, reprimidas, resignadas… 
hay mucho de eso en nuestra sociedad (esa que dice vivir en el primer mundo)
y la creatividad es una buena forma de destruir barreras, muros, asfixias… 
Es una semilla que a veces hace surgir flores y otras árboles, a veces frutos y 
a veces eso que llaman hierbajos, pero siempre es una oportunidad. Una buena 
oportunidad para resistir, y también para crecer. Y sobre todo para respirar mejor. 
Eso es para mí el arte: una sana invitación a la libertad. 

Como decía Erich Fromm, hay quien tiene miedo a la libertad y hay 
quien ama la libertad. Cada quien decide qué hace, qué cuida, qué riega, 
qué quiere oler cuando abre su ventana cada mañana. O cada noche.