“Una se habitúa. Sí, oímos decir muchas veces, o lo decimos nosotros
mismos, Uno se habitúa, lo dicen, o lo decimos, con una serenidad
que parece auténtica, porque realmente no existe, o todavía no
se ha descubierto,
otro modo de expresar con la dignidad posible
nuestras resignaciones, lo que
nadie pregunta es a costa de qué
se habitúa uno”. Lo escribió José Saramago en “La
caverna”.
En “Cuadernos de Lanzarote”, refiriéndose a otro libro suyo,
“El Evangelio según Jesucristo”, Saramago decía: “Hay desesperación
en el Evangelio, el desespero de quien ve la
explicación del universo
entregada, todavía hoy, para consumo popular, a los
dogmas absurdos
y a las creencias irracionales de todas las Iglesias”.
(la viñeta es "remake" de una que hice hace unos años)
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