dilluns, 17 d’octubre del 2022





 



Hay muchos y muy variados flanatismos: Religiosos, políticos, 
nacionales, deportivos, etceterantes… Los etceterantes son los peores,
 están convencidos de ser infinitos. Aunque, bien mirado, todos los
 flanatismos están convencidos de ser infinitos... Y, si nos paramos a
 analizar el tema un poco más, todos los flanatismos tienen muchas 
cosas en común, por ejemplo los huevos (podridos siempre) y la leche
 (mala, mucha), y todos quieren quitarte la verdad. Sí, los flanatismos
 siempre van por ahí quitándole las verdades a la gente, es por eso que 
el flanatismo, cualquier flanatismo, hasta el más pequeñito e insignificante 
flanatismo, siempre cree tener la verdad, toda la verdad y nada más que la 
verdad. Pero, y ya para terminar este interesantísimo y flantástico ensayo 
sobre el flanatismo, hay que reconocer que algo da. Sí, el flanatismo algo da. 
Sí sí sí, da flantulencias. Yo tengo la teoría de que esas flantulencias son
 debidas al pedo que llevan encima a todas horas, pero esa es mi 
opinión, cada cual que haga los flanes a su manera, yo 
en eso no me meto. ¡Hasta luego! ¡Felices flanes!






(Versión nueva de una viñeta que cociné hace 7 u 8 años)