Hay muchos y muy variados flanatismos: Religiosos,
políticos,
nacionales, deportivos, etceterantes… Los etceterantes son los peores,
están convencidos de ser infinitos. Aunque, bien mirado, todos los
flanatismos
están convencidos de ser infinitos... Y, si nos paramos a
analizar el tema un
poco más, todos los flanatismos tienen muchas
cosas en común, por ejemplo los
huevos (podridos siempre) y la leche
(mala, mucha), y todos quieren quitarte la
verdad. Sí, los flanatismos
siempre van por ahí quitándole las verdades a la
gente, es por eso que
el flanatismo, cualquier flanatismo, hasta el más pequeñito
e insignificante
flanatismo, siempre cree tener la verdad, toda la verdad y
nada más que la
verdad. Pero, y ya para terminar este interesantísimo y flantástico
ensayo
sobre el flanatismo, hay que reconocer que algo da. Sí, el flanatismo
algo da.
Sí sí sí, da flantulencias. Yo tengo la teoría de que esas
flantulencias son
debidas al pedo que llevan encima a todas horas, pero esa es
mi
opinión, cada cual que haga los flanes a su manera, yo
en eso no me meto. ¡Hasta
luego! ¡Felices flanes!
(Versión nueva de una viñeta que cociné hace 7 u 8 años)