El caminante salió de su casa un sábado por la mañana rumbo
a la biblioteca pública y se sorprendió al
ver que estaba cerrada.
Habían cambiado el horario: abierta de
lunes a viernes,
solamente de lunes a viernes.
El caminante corrige
el plan y enfila ahora hacia las afueras
en busca de espacios
abiertos. Pasa al lado de un pequeño campo
de fútbol repleto de
niños y súbitamente se escucha Gol,
y palmas y ánimos
dentro de la valla.
El caminante paseará
un rato su calma ligera entre
pinos escasos y pálidos naranjos, y con una
frágil sensación
de alegría en los pulmones entrará en el supermercado. Cinco
minutos después, con elegancia firme y amable, conseguirá
escapar
de las cajas registradoras con un único
y pequeño producto.
Sí, el caminante
salió de su casa ilusionado
por volver con un par de libros.
Pero lo que
lleva ahora entre las manos
es un recambio antimosquitos.
(el texto lo escribí hace 5 años y hoy le he hecho algún
pequeño retoque)
(hoy estoy feliz porque me ha dicho que la OTAN y Rusia se
están preparando
para repartirse libros e instalar bibliotecas en Ucrania y
alrededores)
(aunque creo que me han dicho mentiras y eso no sucederá)
(qué
raro, mentiras y potencias militares)
(incultura y potencias militares)
(muerte
y potencias militares)
(en fin…)
(me voy a volar un rato)
(hasta luego)