Henry Ford dijo que pensar es el trabajo más duro que existe, y que quizá
por ello poca gente lo hace. Dejando aparte que no soy fan de don Henry (antisindicalista,
muy a favor
del consumismo…), y dejando aparte también que hay pensares
por ahí muy
elaborados, sí, pero también muy cacas, admito que es verdad,
que hay muy poca
gente que lo hace, eso de pensar. Pensamientos en bucle,
o pensamientos tipo, o
pensamientos inconexos y volátiles sí se estilan mucho,
es lo que hay, el
escenario social nos lo pone fácil, solo hay que dejarse llevar.
Pensar
amigablemente con uno mismo o con otras personas, poniendo ahí
también el
sentir (lo que decía Unamuno: sentir el pensamiento y pensar el sentimiento),
eso ya es raro de encontrar. Y eso explica quizá que vivimos cada día más así:
“No
nos vemos, miramos a otro lado. A la televisión, a la publicidad, a una
pantalla encendida, al móvil que se ilumina. A las luces que parpadean,
a la
nada” (Espido Freire). Pero volviendo al tema del trabajo duro,
y dejando a un
lado que el palabro trabajo viene del latín tripalium
(el tripalium es un
instrumento de tortura), pienso que si el trabajo
creativo es tan complicado
emocionalmente es por la enorme soledad
que conlleva. No me refiero a la
soledad mientras creas (esa soledad,
para mí, es hermosa), hablo de otra más
hiriente: La gente, en general,
no es creativa, la mayoría asume el papel de
espectadora (la caverna
de Platón, ese lugar tan antiguo y actual) y se aleja
de su propia
naturaleza, de su inteligencia orgánica; no armoniza sus emociones,
no hace música con ellas, no hace el
amor con sus pensares y sus
sentires. Y ahí surge la distancia que congela el
alma de quien sí
genera, de la persona que asume su realidad creativa; es un
dolor
que suele pasar desapercibido, pero existe y suele llevar a la
renuncia o
a la autodestrucción (ejemplos hay muchos en
la historia, anónima o célebre, de
las artes). Por eso, aunque
sé que la mayoría transita por la vida con la idea
de que su
manera de vivir es la más trabajosa, la más inteligente,
la más
responsable o la más más, yo defiendo que soñar
y hacer cosas bonitas es,
gotita a gotita, muy agotador.
(la viñeta es un "remake" muy diferente de una que hice hace poco más o menos un lustro y pico)