dijous, 3 de desembre del 2020

 









Henry Ford dijo que pensar es el trabajo más duro que existe, y que quizá 
por ello poca gente lo hace. Dejando aparte que no soy fan de don Henry (antisindicalista, 
muy a favor del consumismo…), y dejando aparte también que hay pensares 
por ahí muy elaborados, sí, pero también muy cacas, admito que es verdad, 
que hay muy poca gente que lo hace, eso de pensar. Pensamientos en bucle, 
o pensamientos tipo, o pensamientos inconexos y volátiles sí se estilan mucho, 
es lo que hay, el escenario social nos lo pone fácil, solo hay que dejarse llevar. 

Pensar amigablemente con uno mismo o con otras personas, poniendo ahí 
también el sentir (lo que decía Unamuno: sentir el pensamiento y pensar el sentimiento)
eso ya es raro de encontrar. Y eso explica quizá que vivimos cada día más así: 
“No nos vemos, miramos a otro lado. A la televisión, a la publicidad, a una 
pantalla encendida, al móvil que se ilumina. A las luces que parpadean, 
a la nada” (Espido Freire). Pero volviendo al tema del trabajo duro, 
y dejando a un lado que el palabro trabajo viene del latín tripalium 
(el tripalium es un instrumento de tortura), pienso que si el trabajo 
creativo es tan complicado emocionalmente es por la enorme soledad 
que conlleva. No me refiero a la soledad mientras creas (esa soledad, 
para mí, es hermosa), hablo de otra más hiriente: La gente, en general, 
no es creativa, la mayoría asume el papel de espectadora (la caverna 
de Platón, ese lugar tan antiguo y actual) y se aleja de su propia 
naturaleza, de su inteligencia orgánica; no armoniza sus emociones, 
no hace música con ellas,  no hace el amor con sus pensares y sus 
sentires. Y ahí surge la distancia que congela el alma de quien sí 
genera, de la persona que asume su realidad creativa; es un dolor 
que suele pasar desapercibido, pero existe y suele llevar a la 
renuncia o a la autodestrucción (ejemplos hay muchos en 
la historia, anónima o célebre, de las artes). Por eso, aunque 
sé que la mayoría transita por la vida con la idea de que su 
manera de vivir es la más trabajosa, la más inteligente, 
la más responsable o la más más, yo defiendo que soñar 
y hacer cosas bonitas es, gotita a gotita, muy agotador.










(la viñeta es un "remake" muy diferente de una que hice hace poco más o menos un lustro y pico)