dimecres, 2 de desembre del 2020





 




—¡Feliz año nuevo, Ximo!

—¿Qué dices, Cactus? Todavía falta un mes para el 2021…

—Es que yo siempre he sido un adelantado a mi tiempo.

—Tú siempre tan modesto.

—Ximo, yo es que me tengo que ir ya.

—¿Dónde?

—A mi desierto, por eso te felicito ya el año nuevo.

—¿No te volveré a ver hasta el año que viene, Cactus?

—¡Yo eso no lo sé, Ximo! ¡No soy andivino!

—¿No eres andivino?

—No… Yo solo soy divino… Muy humildino y tal, pero sí, qué le voy a hacer, 
soy muy divino yo. Y lo que te decía, que me tengo que ir yo ya, Ximo.

—Qué breve eres hoy, Cactus.

—Sí, ya sabes: Lo breve, si bueno, dos veces bueno.

—¿Y tú eres bueno, Cactus?

—Yo soy muy buenorro, Ximo.

—Ya será menos.

—No. Será más.

—Bueno, entonces, tú te vas.

—Sí, me voy para que tú puedas dibujar y escribir otros paisajes y otras sinversaciones.

—¿Sinversaciones?

—Conversaciones en tu idioma de señor cuadriculado.

—Ay ay ay…

—Sí, Ximo, necesitas liberarte de mí. Yo no soy más que un alunizaje tuyo.

—¿Un alunizaje?

—Sí, una alucinación, Ximo, en tu idioma de no enterarte.

—Te vas dándome púa, Cactus.

—Sí, el señor de las púas soy yo, amigo Ximo. Cuídate, compañero.

—Cuídate tú también, personaje alucinado. Pero… ¿No olvidas despedirte de alguien?

—¿De quién?

—De tu público bello y enamorado, Cactus.

—¡Sí! ¡Es verdad! ¡Hasta luego, querido vello púbico! ¡Os lloraré, os 
rememoraré y os sinvergonzonaré cada día un ratito o dos! ¡Yo ahora 
me voy a dormir a mi desierto! Sí… Zzzzz Ya me eztoy durmiendo…

—¿Ya te duermes, Cactus?

—Zí… Oz dezeo a todaz y a todoz felizez zueñoz… Que no oz dicten 
la dictadura zuya de cada día zin rechiztar… ¡Rechiztad! 
Inventad zin remilgoz la ternura vueztra de cada día… 
Zí zí zí… Y feliz zobaco nuevo… Zí zí zí… Y… Zzzzz…