dimecres, 23 de desembre del 2020





 


El otro día hablaba con mi amiga Estel de la actual situación sociosanitaria 
actual (que es, por cierto, un tema muy actual) y surgió la palabra sensirrebelde. 
Le surgió a ella, y la soltó así sin más en medio de la conversación, como si fuera 
una palabra de esas de toda la vida, tipo casa o feldespato o mojiganga. Me quedé 
fascinado con la palabra, no la había oído nunca e intuí en un arrebato de lucidez 
excepcional (digo excepcional porque no me abundan los arrebatos de lucidez) 
qué acababa de suceder: Estel había cometido el delito de inventar una palabra 
(o, si no se la había inventado, la había reinventado). Y, no contenta con tamaño 
atrevimiento, encima tuvo la desvergüenza de regalármela.

Ella es así, un ser bioquímicamente extravagante y filosóficamente excéntrico, 
pero es una persona muy así en plan persona y por eso no la denuncié a la Policía 
del Pensamiento. Y desde aquella conversación he tenido la palabrita esa revoloteando 
persistente y jolgoriosa, grácil y elegantona, por los cielos de mis pensares, 
y, mira tú por dónde, la palabrita lograba sintetizar cosas muy amplias y dispersas 
con sus escasas 13 letras. Incluirla en la viñeta de hoy me permite devolverle 
al mundo lo que el mundo me dio de la mano de Estel. Y me permite también 
aprovechar la ocasión para decirle al libro que un día Estel escribirá: Te voy a leer.

Y no diré más sobre ese libro no nato, porque los libros, cuando están gestándose, 
no necesitan que se hable de ellos, lo que necesitan es que 
los dejen en paz. Y hasta aquí puedo leer.

Pero antes de terminar hay un AViSO MUY iMPORTANTE, porque antes de 
empezar a usar Sensirrebelde debe usted leer este breve prospecto:

—Sensirrebelde no es un medicamento, puede administrarse 
sin receta médica y también sin permiso de la RAE.

—Sensirrebelde no cotiza en bolsa (no es un artículo de lujo como 
el agua) ni es amiga de los ladrones de Wall Street.

—Sensirrebelde es ideal para artículos de crítica social y ensayos 
underground, pero también puede utilizarse para series de TV 
(ejemplo: Sensirrebelde Way) y desodorantes (ejemplo: si tu 
sobaco canta ópera, embadúrnalo con Sensirrebelde HeavyMetal 
MegaPlus, y convierte tus axilas en dos fantásticos Megáfonos 
Surround Sound with Low Frequency Effects, Oh Yeah!).

—Si después de usar Sensirrebelde siente usted dolor de estómago y 
empieza a vomitar cosas fosforescentes y sus deposiciones son de color 
burdeos pálido y tiene problemas de hígado graves y su piel se le cae 
a trozos grandes y la lengua se le hincha como el neumático de una 
rueda de camión y le aparecen bubones de peste negra y ya no respira 
y su corazón ya no late y a usted ya solo le quedan los huesos… 
eso es que usted se ha muerto.

—Los niños mayores de un año de edad que pesen más de 10 kg pueden 
usar Sensirrebelde. Los demás niños también. Las niñas pueden 
usarla siempre, antes incluso de nacer, que por algo son 
más listas y más sensirrebeldes ;-)