diumenge, 25 d’octubre del 2020






 



Hoy podría hablar de la paciencia, o de las nubes que pasan, 
o del coronavirus, o de la salud personal o climática o mundial, pero prefiero 
hablar de algo de lo que nunca he hablado, porque nunca me había pasado: 
He ganado un primer premio de humor gráfico. Sí sí sí: hace 9 o 10 años obtuve 
un segundo premio en un certamen de humor hostelero, y ha habido menciones, 
selecciones… pero nada más. Por eso cuando me llamaron del ayuntamiento de 
Portugalete me dieron una sorpresa y una alegría, sobre todo porque llevo 
presentándome al Concurso de Cómic “Noble Villa de Portugalete” desde el 
2009 (mira que ha llovido, desde entonces) y el resultado siempre era el 
mismo, hasta el punto de que los últimos años ya me presentaba a ese 
y a otros concursos casi por inercia, como quien cumple una rutina, 
sin esperar nada. Pero aquí está, la nubecita (im)paciente de hoy 
es la ganadora en la categoría de tira cómica de la edición de 2020, 
y además hay recompensa económica (lo cual también es de agradecer 
y celebrar, que la gente que nos dedicamos al artisteo no nos 
alimentamos ni nos vestimos con likes, ni tampoco de algoritmos 
traicioneros de Instagramo, o de FaceMooko, o de Twitterror)

Y ya está todo dicho, espero dentro de una década o dos poder decir 
que he ganado otro premio, grande o pequeño, aunque soy de la opinión 
de que los premios de verdad importantes no son los que te da un 
jurado. Son otros. Son esos premios que se ganan o se pierden cada 
día, aprendiendo, pensando, sintiendo, compartiendo… y, en mi 
caso, también dibujando ventanas que permitan respirar un poco 
mejor. ¡Ah! Y gracias muchas a la gente que me apoyáis de 
un modo u otro, es por vosotr@s que este acapu 
que llevo dentro sigue latiendo :-)