Hoy podría hablar de la paciencia, o de las nubes que pasan,
o del coronavirus, o de la salud
personal o climática o mundial, pero prefiero
hablar de algo de lo que nunca he
hablado, porque nunca me había pasado:
He ganado un primer premio de humor
gráfico. Sí sí sí: hace 9 o 10 años obtuve
un segundo premio en un certamen de
humor hostelero, y ha habido menciones,
selecciones… pero nada más. Por eso
cuando me llamaron del ayuntamiento de
Portugalete me dieron una sorpresa y una
alegría, sobre todo porque llevo
presentándome al Concurso de Cómic “Noble
Villa de Portugalete” desde el
2009 (mira que ha llovido, desde entonces) y el
resultado siempre era el
mismo, hasta el punto de que los últimos años ya me
presentaba a ese
y a otros concursos casi por inercia, como quien cumple una
rutina,
sin esperar nada. Pero aquí está, la nubecita (im)paciente de hoy
es la
ganadora en la categoría de tira cómica de la edición de 2020,
y además hay
recompensa económica (lo cual también es de agradecer
y celebrar, que la gente
que nos dedicamos al artisteo no nos
alimentamos ni nos vestimos con likes, ni
tampoco de algoritmos
traicioneros de Instagramo, o de FaceMooko, o de
Twitterror).
Y ya está todo dicho, espero dentro de una década o dos poder decir
que he ganado otro premio,
grande o pequeño, aunque soy de la opinión
de que los premios de verdad
importantes no son los que te da un
jurado. Son otros. Son esos premios que se
ganan o se pierden cada
día, aprendiendo, pensando, sintiendo, compartiendo… y,
en mi
caso, también dibujando ventanas que permitan respirar un poco
mejor.
¡Ah! Y gracias muchas a la gente que me apoyáis de
un modo u otro, es por
vosotr@s que este acapu
que llevo dentro sigue latiendo :-)