Viñeta dedicada a la gente de talante amable y payasete. Sí, porque buscar
(y encontrar) el lado divertido del asunto no es fácil. No, no lo es: vas a la caja
del supermercado a pagar y ya no sabes qué cara poner, y más cuando sabes
que la persona que te cobra está igual o peor que tú, porque quien se está
comiendo noche y día la mejor parte del pastel (y la guinda) (y el lacito de
regalo) no está ahí currando, con suerte lo verás por la tele celebrando sus
beneficios y dando lecciones sobre cómo llevar la cosa pública, o sobre éxito
empresarial, o sobre lo que le venga en gana. Es por eso que le dedico la
viñeta a la gente afectiva y de risa sana y divertida. A la gente ladrona
disfrazada de gente exitosa no le dedico nada, no se lo merecen.
Se merecen otra cosa, un empacho bien gordo de pastel,
por ejemplo. Hasta luego.