divendres, 24 de març del 2023





 


Versión anuevada de una vieja viñeta que hice hace una década. Y sí, ya lo sé:
 anuevada no es una palabra muy correcta, pero... hay tantas cosas incorrectas,
 insalubres, injustas y tan bien defendidas por seguridades privadas y públicas,
 que escribir una palabra así, en plan juguetón e incorrectón (mira, otra que se
 sale de la norma) (a por ella, a por ella, es una pecadora, es una bruja, es una
 vividora sin patria ni marido) (qué horror) es el menor de los males. Es más, 
diría yo que hacerle cosquillas a las palabras hasta que se meen de risa o se
 metamorfoseen a su gusto es uno de los mejores males que existir puedan en 
un sistema enfermizo y enfermante. Sí, he dicho enfermante. No te resignes a 
lo enfermante ni a lo resignante. Juega con lo que te enseñaron en las aulas
 de los sistemas educativos, porfaplis, busca el lado amable, el lado afable y
 constructivo y divertido de las palabras y de los argumentos, de los cuentos 
y de las teorías, busca, en fin, el lado que nos permita evolucionar a mejor, 
para cambiar de verdad, y no tragar sin más esos cambios de mentiras que 
venden y que compran a todas horas en los mercados esos de valores, sí, esos
 mercados que en el fondo no tienen ni valores ni valientes, lo que tienen 
es un hatajo de cobardes escondidos debajo de sus melones (ay, quise decir
 millones y dije melones) (hora es de cerrar este escrito) (sí, me iré a la huerta 
y charlaré un rato con alguna melonera) (gente maja las meloneras) 
(ni saben lo que es un cajero automático) (solo saben hacer cosas 
saludables, pacíficas y nutritivas) (gente sabia 
las meloneras) (hasta luego).