diumenge, 24 d’octubre del 2021





 




Esta viñeta ha sido seleccionada para la exposición y el catálogo de la 
2ª edición del Premio Internacional de Humor Gráfico “Francisco de
 Quevedo”. Ya los premios principales han sido dados y ninguno de ellos
 me ha tocado, pero me queda el concielo (concielo es antónimo de
 consuelo, o eso dicen en el diccionario de la Real Imaginación de la
 Lengua), decía que me queda el concielo de aparecer otra vez 
en la exposición y el catálogo, el año pasado ya estuve ahí 
y es un gozo repetir en sucesos así.

En fin, ya hablé la semana pasada de los jurados y sus verderictos
 (verdericto no es antónimo de nada y es muy poco normativo, pero
 habita y baila en los bosques y suena bonito), por lo que no añadiré nada
 más a lo entonces dicho. Solo diré que la viñeta de hoy no es, a mi gusto
 y opinión, la mejor de las tres que envié al concurso. La peor sin duda es
 la que publiqué aquí hace un mes, donde se veía, entre otras cosas, a
 Quevedo leyendo subido en su nube. Esta de hoy no está mal, estoy
 contento de ella, y además me meto con la banca (la banca es una cosa
 muy normativa, sí, y también muy ruin), pero no es la mejor de las tres
 viñetas, la más mejor es la otra, la que ni siquiera fue seleccionada 
por el ilustrísiexcelentísimo jurado (sí, una palabra que tampoco 
sale en el diccionario de la Real Academia Apañola, habrán de 
venir las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado a 
aporrearme por usar la lengua con alegría y libertad). 
A ver si en un par de semanas publico por acá esa 
tercera viñeta que, inmodestia aparte, es la 
que está más buenorra de las tres.

Ya para terminar, agradezco a la gente que organiza el concurso 
su manera de hacer las cosas, la mayoría de concursos no nos tratan así,
 lo normal es que los concursos traten a los humoristos gráficos y a las
 humoristas gráficas (¡hala, otro delito del orden normativo!) con
 indiferencia y nula sensibilidad, solemos enterarnos del resultado 
de un concurso buscando en Google. En el Quevedo Cartoon 
nos tratan bien, y eso es justo decirlo.

Hasta luego, caparazones, otro día os daré más cultura de la buena. 
A eso me dedico yo, inmodestia aparte.