Dicen que aquel hombre que andaba cabizbajo se volvió loco,
y dicen también que como no tenía dinero para pagar psicología
privada ni tenía paciencia para perderse en los laberintos de la
psicología pública, optó por abrirse a sí mismo. Cuando dicen
eso de abrirse a sí mismo lo que quieren decir es que se
encerró en sí mismo, pero no apareceré yo ahora en
escena para dar detalles de su intimidad, pública
o privada, porque esto es solo un breve
escrito que acompaña a una breve
viñeta, en un rincón perdido de
la apresurada y maravillosa
inmensidad libre donde
(anuncian que)
vivimos.
Así pues, este artista
cabizmajo se va con viento
fresco y volverá mañana o pasado
con otra estampita divertida o reflexiva
o cabizmaja. ¡Hasta luego!
(la viñeta es "remake" de una que saqué a pasear hace ocho años, más o menos)