No estoy a favor de la pena de muerte, solo digo que unos buenos
chispazos, así en plan electrochoque y tal… Tampoco estoy diciendo
que
los chispazos duren mucho tiempo, solo hasta que les salga humo
por el ombligo…
En fin, ya hablando en serio: lo de enriquecerse a costa
de nuestros sufrires
no es de recibo, es para sentar a toda esa élite
(y no hablo solo de la élite
eléctrica) en unos buenos y cómodos y
lujosos banquillos de los acusados. Sí,
ahí sentaditos y sentaditas
hasta que se les caiga la cara de vergüenza y
repartan generosamente
sus fortunas entre las víctimas de sus hurtos. O hasta
que alguna
generosa tormenta les obsequie con un mal rayo que les parta la
jeta.
Y disculpen si ofendo a alguien con mis deseos justicieros, pero más
ofende y hiere con su presencia esa banda de criminales. Así que
olvidemos aquello de “Más vale encender una vela que maldecir a las
eléctricas”, mejor vayamos al “Más vale encender muchas velas y meterlas
todas en el culo de las
eléctricas, que maldecir a la oscuridad”. Sí sí sí:
la oscuridad no tiene la
culpa de nada, la pobrecita, no la maldigamos,
ella siempre fue muy buena amiga
de la luz (primas hermanas son,
en realidad), hasta que alguien inventó las
religiones y ¡pum!, a hacer
negocio con el falso conflicto, consiguieron
enemistarlas y desde
entonces la pobre oscuridad anda siempre por ahí marginada
y
deprimida… Que si es el diablo, que si es una bruja, que si es el mal,
que si
es patatín, que si es patatas fritas en salsa de soja… Así pues, la
próxima vez
que veamos una oscuridad, le daremos besitos y le
haremos mimitos. Y ojo, la
oscuridad también nos dará besitos y nos
hará mimitos, si no lo hace no es porque
la pobrecita está tan mal que
no le llega para darnos sorpresas bonitas, no no
no, que no os engañe:
si no lo hace es porque en realidad esa oscuridad… ¡no es
una oscuridad!,
¡es una compañía eléctrica disfrazada! ¡O una banca armada con
una
hipoteca o una deuda externa! ¡O una corporación alimentaria que
se alimenta de nuestras carnes! ¡O un etcétera demasiado
largo como para aquí
enumerarlo ahora!
Ay ay ay… ¡Hasta luego, electrones naturales!
¡Qué tengáis
un feliz día… y una noche sana y oscura! :-)