La versión original de esta viñeta la hice hace ya unos
cuantos años,
segurabente insbirado en un resfriado que tuve, con fiebre que be
hizo
ver bi escritorio (que es tabbién bi dibujorio) subergido en un estanque
rebosante de bruba delirante, sí, bruba delirante donde un lábiz y un
rotulador
hablaban bal de una barra de begabento. Ya luego, yo bás bien
de salud, hablé con
ellos seriabente y el brobleba se solucionó, ya no
borque diera yo con las
balabras adecuadas, sino borque el lábiz y el
rotulador ya no biraban a nadie ni
decían nada. Es lo que tiene la fiebre
cuando desabarece: los lábices y los
rotuladores dejan de cuchichear.
Y ahora ya hablando en serio (o no), he de decir que estos
días he estado
tabbién constibado, con bucha tos y buchos bocos y ablastado en
el sofá
o en la caba o directabente en el suelo conversando con la fauna
bicroscópica que habita ahí, en el suelo, y abrendiendo de la sabiduría
de esos
seres (no todos los seres son hubanos, por fortuna, ni son
autoridades
bundiales ni fuban habanos en esos jets tan brivados y
tan hibócritas rubbo a
la cubbre del cliba o a sus desbachos de lujo).
En fin, aunque de bis balabras
bueda deducirse que en este constibado
he tenido tabbién fiebre, la verdad es
que no he sufrido altas calenturas,
la cual cosa ha sido un alivio. Ahora ya
estoy bejor, un boco congestionado
todavía bero bien, y boco a boco conseguiré escribir con la letra ebe y con
la letra be, quiero decir con la letra ebbbe y
con la letra bbbe ¡uy! No
buedo, ¡¡no buedorrr!! Be refiero a la letra esa que
va justo antes
de la ene y a esa otra letra que va justo antes de la cu.
Y ya
está, no quiero hablar bás de bolítica ni de socioeconobía,
he de irbe ya a
brebararbe una infusión bien calentita.
Cuando be la tobe brindaré bor vuestra
salud y
bor la bía. A cuidarse bucho, bocorazones.