Hoy quería conversar un rato con el Cactus, pero me ha enviado
la viñeta y no me ha dicho nada más. Ya luego, como hace siempre,
me
dirá hola entre bambalinas y conversaremos en privado de nuestra
s púas (bueno,
las púas son suyas, pero como él es de mucho abrazar,
sus púas acaban siendo
también mías) y hablaremos también
de nuestras estupideces, que son las que al
final
nos hacen reír (y aprender) más.
Así pues, aparte de lo dicho en la viñeta, ni el Cactus ni yo tenemos
nada que añadir, solo recordar lo que dijo Gloria Fuertes:
“Es de
malos destruir, pero destruir lo que se ama es de locos”.
Y lo que dijo Adela Cortina: “La violencia no resuelve nada, lo que
resuelve las cosas es la argumentación serena. Para argumentar hace
falta estar dispuesto a dar argumentos cuando uno plantea algo (y no
todo el
mundo está dispuesto a dar argumentos), pero también estar
dispuesto a escuchar
los argumentos ajenos (que tampoco todo el
mundo está dispuesto a escuchar los
argumentos ajenos). Pero es
la única manera, a mi juicio, de acabar con el
dogmatismo
y acabar con el fundamentalismo”.
Y lo que dijo Montserrat Roig: “El meu món ja és un altre,
però encara
no el sé descriure. És al meu davant”. (“Mi mundo ya es otro, pero
todavía no sé describirlo. Está delante de mí”).
Y ya para terminar, y perdonad si no pongo la frase original, que fue
escrita en sueco por Astrid Lindgren, vamos a recordar lo que
dijo
Pippi Calzaslargas: “Si él es el hombre más fuerte, yo soy
la niña más
fuerte. No olvides este detalle”.