Caminante no tiene la costumbre de cargar con el
móvil cuando sale a pasear,
quizá por eso le irrita esa mujer que, absorta en su
móvil, casi choca con él,
Ei, ei, cuidado, exclama Caminante; y Adicta, sin
decir nada, rectifica su
trayectoria sin despegar los ojos de la pantalla. Un
poco más allá el fumador
más malhumorado del barrio sujeta a su perrita
envuelto en humo, y Caminante,
que avanza con paso firme, lanza una sonora bocanada
de aire para pasar a su
lado con la mayor limpieza posible. No es solo el
humo lo que ahuyenta, es la
podredumbre moral e intelectual: Caminante hoy no
quiere ni intuir
el hedor machista de Dictador.
Hoy el horno no está para bollos, hace mucho calor
(el típico calor que hace
un día de invierno cualquiera) (cosas del típico
cambio climático) (y de la inmóvil
Estupidez) y los bollos de Caminante están
depresivos y requemados,
no tanto por el calor como por el clima social tan…
tan… Caminante gritaría
una palabrota, ya pasando delante del Mercadona,
pero prefiere descargar
de su mochila el teléfono fijo (de aquellos de rueda
para marcar y cordón helicoidal)
y llama a su amante mientras camina. Filosofía
contesta entre risas, está con su amiga
Libertad y le dice Ven con nosotras, nos íbamos ya
al exilio. Inés Arrimadas, en un
cruce de líneas, interrumpe y proclama En este país
no hay presos políticos ni exiliados,
la imposición separatista agrede la unidad de.
Libertad suelta una carcajada
y le dice a Caminante Ven volando, hermoso, olvídate
de Vómito Reinante y ven.
Y ahí puedes ver, si tienes un poquito de imaginación, a Arte Caminante
dejando su teléfono fijo en el contenedor de
reciclaje y volando con
Atrevida Filosofía y Amorosa Libertad. ¿Dónde van?
No lo haré público:
la inmensa mayoría del rebaño no querría entenderlo…
en el improbable caso de que le importara.
en el improbable caso de que le importara.