"A la larga la máscara se convierte en rostro"
Marguerite Yourcenar
Hay carnavales
rebosantes de fiesta, música y colorido que duran un día o dos o
más, la gente
se disfraza para reírse y sorprenderse. Y hay carnavales menos
alegres que
duran toda la vida, son los más abundantes; ahí caben algunos que
en realidad
duran toda la muerte, porque destruyen con mucho tesón sus
propias ganas, sus
ilusiones (y, si les dejas, te chafan las tuyas, también).
Zombis, fantasmas,
almas en pena eterna… abundan tanto que esta breve
reflexión se haría larga y
pesada, así que saldré sin más del carnaval, de
la máscara y del antifaz y diré
cuatro cosas muy bien dichas.
Y estarán bien
dichas porque las diré yo (le acabo de dar una patada en el pompis
a la falsa
modestia) (es una verdadera molestia, la falsa modestia) (o eso decía una
sabia
modista) (cierro paréntesis) )y ahora los abro, hala( ¿Por dónde iba? Por las
cosas. Las cuatro cosas. Cosa primera: Vida Cotidiana es una señora que, cuanto
más
natural va, más hermosa es. Cosa segunda: Antifaz Cobardica es un señor que
no me
cae bien, pero me gusta mucho cuando se cae. Cosa tercera: Supremo
MercaDios no
es un señor ni una señora, es un cochino engaño. Cosa cuarta: No
importa si eres un señor
o una señora o ni lo uno ni lo otro, sal del escondite
y sé persona. Sé persona
desnuda y no
te rindas, por más disfraces que se
interpongan en tu camino. Me han dicho que
Desvergonzada Felicidad anda
buscándote, y si te tapas mucho no sabrá encontrarte.
X.S.