"Me opongo al concepto de revolución como forma de conseguir el poder
estatal. La tendencia inherente de cualquier grupo que toma el poder es
consolidar y extender ese poder. Por lo tanto "la marchitación del poder"
tiene que empezar directamente desde la gente, rechazando el continuar
así, y buscando el hacerlo innecesario. Es fundamental para cualquier
buena revolución que toda autoridad sobre la gente sea desafiada y
las personas aprendan a tomar el control de sus propias acciones."
Howard Clark
en "Hacia la revolución no violenta"