DiARiO DE UN BORREGO FALLiDO -6-
Antes en mi barrio había una hermosa mujer de ojos grandes y mirada inquieta, y a veces yo tenía
suerte y sus ojos en los míos imaginaban estanques tan grandes como la eternidad.
Pero ahora ya no. Hace tiempo que ella sale a la calle metida en una pantallita
que le hace los ojos pequeñitos, y la cara se le vacía cada día un poco más...
Y es lo malo de ser un soñador, que no me rindo y quiero volver a ver
a aquella mujer de pasos ligeros y mirada libre... Y por eso anteayer
pasé a su lado y tosí y no salió de su letargo, y por eso ayer estornudé
y tampoco la desperté, y por eso hoy me acerco a su vida armado con una
guitarra y una canción desesperada, y paso a paso el corazón me retumba
salvaje y, sí, lo sé, voy lanzado... Pero ya no hay tiempo para echarse atrás.
Porque ahí está ella y ¡Vaya! Lleva en su mano una flauta. Y en el pelo un viento
alborotado... Y en sus ojos abiertos una llamada perdida que me mira descaradamente feliz.