—¿También a ti te enseñó el río aquel secreto: que el tiempo no existe?
Una clara sonrisa iluminó el rostro del anciano.
—Sí, Siddhartha —repuso—. Te estarás refiriendo sin duda a lo siguiente:
Una clara sonrisa iluminó el rostro del anciano.
—Sí, Siddhartha —repuso—. Te estarás refiriendo sin duda a lo siguiente:
que el río está a la vez en todas partes, en su origen y en su desembocadura,
en la cascada, alrededor de la barca, en los rápidos, en el mar, en la
montaña, en todas partes simultáneamente, y que para él no existe
más que el presente, sin la menor sombra de pasado o de futuro.
Siddhartha, de Hermann Hesse.
(traducción: Juan José del Solar)