dilluns, 2 de març del 2015

















Hace un par de días pasé un rato largo muy agradable dibujando mientras miraba un libro 
sobre Amedeo Modigliani. Me entretuve bastante con un retrato de Jeanne Hébuterne que hizo 
en 1919 y que siempre me ha impresionado. Es un cuadro bellísimo, dice tantas cosas 
esa mirada de Jeanne... Hice varios apuntes a partir de él, no tanto intentando 
copiarlo sino dejando que el lápiz, las manos y los ojos divagaran a su 
gusto, disfrutando del simple hecho de dibujar, sin presiones 
sin buscar nada concreto. Y... surgió la sorpresa: en uno de 
esos apuntes vi que quien me miraba desde el papel 
era ¡mi buena amiga Raquel!

Es por eso que lo definí un poco más con el lápiz, lo 
pasé luego a tinta... y hoy le he dado el acabado 
de color. No sé si mi amiga se reconocerá 
en esta ilustración, luego se lo preguntaré, 
a ver qué me dice. :-)