dijous, 26 de març del 2015














Esta frase genial se la escuché a Pedro Reyes 
hace ya años en un programa de Andreu Buenafuente. 
Recuerdo que estaba medio adormilado (y probablemente 
medio fumado, pues yo en aquella época era de mucho 
fumar) y escuchar aquellas palabras en un programa 
humorístico me sorprendió y me despertó. 
Me sorprendió y me despertó muy 
agradablemente, por eso fui 
a buscar raudo 
y reveloz un 
relápiz y 
un repapel 
y me la reapunté. 


La ilustración surgió después, y ya la 
publiqué aquí en el planeta hace un par de años. 
Hoy la he repintado y rerrotulado para recordar a 
ese personaje que, de un modo u otro, ya sea en una 
bola de cristal o un escenario o en un parque del retiro 
siempre ha estado ahí, dando guerra de la buena, 
porque las guerras de las buenas se hacen así, 
con sentido del humor, con valentía y con 
ganas de decirle riendo a la gente que 
no se rían, que es peor... 


Lo otro es silencio.


Lo otro es silencio triste.


Como el silencio triste de los dos labios enamorados que 
hacen falta para dibujar una sonrisa. Sí. Porque 
existen labios enamorados que se 
empeñan en vivir enfadados y 
se muerden la lengua y 
no quieren darse el 
beso que diga y
que cante 
las verdades 
que brotan más 
allá de la garganta. 
Allá donde laten las lágrimas 
más rebeldes y más cálidas del universo.


 Seguro que a Pedro Reyesahí donde ahora está, 
no le faltan motivos para llorar por la gente 
que ya no puede besar, pero seguro que 
tampoco le faltan motivos para reír 
por la gente que está reencontrando 
reabrazando. Por eso no diré aquello de 
"Descanse en paz."


Es mejor decir, ahora y siempre
"Sonría, sonría en paz."


Lo otro, llorar en guerra...


 ...llorar en guerra siempre es peor.






Va por usted, maestro Pedro :-)