Esta viñeta ha sido seleccionada para la exposición y el
catálogo de la
2ª edición del Premio Internacional de Humor Gráfico “Francisco
de
Quevedo”. Ya los premios principales han sido dados y ninguno de ellos
me ha
tocado, pero me queda el concielo (concielo es antónimo de
consuelo, o eso
dicen en el diccionario de la Real Imaginación de la
Lengua), decía que me
queda el concielo de aparecer otra vez
en la exposición y el catálogo, el año
pasado ya estuve ahí
y es un gozo repetir en sucesos así.
En fin, ya hablé la semana pasada de los jurados y sus
verderictos
(verdericto no es antónimo de nada y es muy poco normativo, pero
habita y baila en los bosques y suena bonito), por lo que no añadiré nada
más a
lo entonces dicho. Solo diré que la viñeta de hoy no es, a mi gusto
y opinión, la
mejor de las tres que envié al concurso. La peor sin duda es
la que publiqué
aquí hace un mes, donde se veía, entre otras cosas, a
Quevedo leyendo subido en
su nube. Esta de hoy no está mal, estoy
contento de ella, y además me meto con
la banca (la banca es una cosa
muy normativa, sí, y también muy ruin), pero no
es la mejor de las tres
viñetas, la más mejor es la otra, la que ni siquiera
fue seleccionada
por el ilustrísiexcelentísimo jurado (sí, una palabra que
tampoco
sale en el diccionario de la Real Academia Apañola, habrán de
venir las
fuerzas y cuerpos de seguridad del estado a
aporrearme por usar la lengua con alegría
y libertad).
A ver si en un par de semanas publico por acá esa
tercera viñeta
que, inmodestia aparte, es la
que está más buenorra de las tres.
Ya para terminar, agradezco a la gente que organiza el
concurso
su manera de hacer las cosas, la mayoría de concursos no nos tratan
así,
lo normal es que los concursos traten a los humoristos gráficos y a las
humoristas gráficas (¡hala, otro delito del orden normativo!) con
indiferencia
y nula sensibilidad, solemos enterarnos del resultado
de un concurso buscando
en Google. En el Quevedo Cartoon
nos tratan bien, y eso es justo decirlo.
Hasta luego, caparazones, otro día os daré más cultura de la
buena.
A eso me dedico yo, inmodestia aparte.