La versión original de esta viñeta la hice hace unos años y ahora
la he vuelto a hacer. ¿Por qué? En primer lugar porque sí, y en segundo
lugar porque me causan gozo los típicos chistes de piedras. Sí, me
causan gozo,
aunque lamentablemente los chistes de piedras no
abundan ni tampoco son típicos
ni están muy valorados.
En todo caso, como me causan gozo, haré alguna que otra vez más
viñetas de piedras. Es más, me comprometo a ello: en unos días
publicaré
otra viñeta pedregosa. Es verdad que esas viñetas son
duras de hacer, pero aquí
queda dicho y, si no me tropiezo con una
piedra de esas que hay en el camino,
cumpliré lo prometido
(y si me tropiezo con alguna, también lo cumpliré).