diumenge, 13 de juny del 2021






 



Quien más quien menos ha escrito o ha intentado escribir un poema, 
y por eso mucha gente sabe que no siempre es el mejor momento para
 escribir, o decir, o cantar, poesía. Cuando no se alinean los planetas 
o los estados de ánimo o las musas o los soles es mejor hacer cualquier
 otra cosa. Y no sabríamos definir qué falta o qué sobra cuando no hay
 manera de poetizar la vida, o la muerte. Esto nos llevaría quizá a pensar
 que la poesía es etérea, delicada y espiritualmente especial, y que hay
 que crear un ambiente muy exquisito y muy específico para que se
 manifieste y se desperece en todo su esplendor. Pero… ¿acaso no es así 
con todo? Quiero decir: no siempre es el momento idóneo para comer,
 o para mear, o para dormir, o para charlar, o para caminar, o para 
currar. Y sin embargo, cuántas veces nos vemos obligados a 
hacer cualquiera de esas cosas. Y por eso hay tantas cosas 
que se hacen mal, por eso tantas horas y tareas absurdas 
y tanto mal humor. Y por eso tanta poesía sin poesía.

Para la poesía, sobre todo, hace falta sinceridad, conexión directa 
con nuestro universo interior y con el universo exterior (que al final
 vienen a ser lo mismo). No hace falta estar en paz o en el nirvana o 
en un divino altar para escribir poesía, de hecho hay poemas que sacan 
al aire nuestros demonios, que expresan sin rienda ni estribo ni tampoco
 estribillo nuestras aristas, que vomitan sin piedad lo que somos o lo que
 creemos ser. No es mirar hacia arriba la poesía, es mirarnos de frente.

Y diría más pero no quiero aburrir, solo diré que la poesía, como la vida,
 es plural, y no toda es del gusto de todo el mundo. A mí hay poca poesía
 que de verdad me conmueva. Y ojo, no olvidemos que la poesía no se
 expresa solo por medio del lenguaje escrito (hasta el diccionario de 
la RAE lo dice), la poesía también puede respirar y puede mirarte,
 desnuda de disfraces. Y ver y cuidar eso, ver y cuidar la poesía 
que nos encontramos por el camino es algo que no tiene 
nombre, pero tiene todo lo demás. Lo decía Lorca: "Poesía es 
la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran 
juntarse, y que forman algo así como un misterio”.