dilluns, 15 de febrer del 2021





 



—¿De verdad tú crees que los informativos nos enferman, Cactus?

—Lo creo absoluta y ansiolíticamente, Ximo.

—¿Tiene algo más que añadir el acusado?

—El acosado no tiene nada más que añadir, señoría Ximo.

—Pues se levanta la sesión, Cactus.

—Pues si la sesión se levanta, yo me voy ya.

—¿Ya te largas tú?

—Yo ya me largo y tendido, sí.

—Hasta pronto, Cactus. Pero… una cosita nada más: 
¿Puedo hablar con la Señora de los Aguijones?

—Si ella quiere, sí.

—Pues dile, a ver qué dice.

—¡Pinchurri!

—¿Qué?

—¡Que dice Ximo que quiere conversar con tus versos! 
¿Quieres tú saber algo de sus versos?

—¡Vale!

—…

—Hola, Señora de los Aguijones.

—Hola, Ximo de los Acapus.

—He oído que el Cactus te llama Pinchurri.

—Sí, ¿algún problema?

—No. ¿Puedo yo llamarte Pinchurri también?

—No, tú no puedes llamarme Pinchurri También. 
Llámame Pinchurri, que es más corto.

—Vale. Hola, Pinchurri.

—Hola, Ximorrín.

—Vaya, ahora me llamo Ximorrín.

—Sí.

—En fin… Ahora no sé qué decirte.

—Yo tampoco.

—¿Hablamos otro día, Pinchurri?

—Me parece muy buena idea, Ximorrín.

—Ok, quedamos así. ¿Me llamas tú?

—Sí, yo te llamo desde el primer día que te vi pasar delante de mi colmena.

—¡Uy, Pinchurri! Qué cosas me dices…

—Sí, y más te diré: Yo te llamo con todo mi corazón, con todo 
mi aguijón y con todo mi todo, Ximorrín.

—Pues yo también te llamo. Te llamo con todo mi latir, 
con todo mi dibujir y con todo mi escribir.

—Ay… Lo nuestro es un llamor eterno, Ximorrín.

—Sí, Pinchurri.

—Hasta pronto, Ximorrín.

—:-)