Versión nueva de una viñeta que creé hace unos años. Y digo que la creé
y pienso lo cerca que están el verbo crear y el verbo creer, no
puedo
entrar a fondo en la interconexión entre crear y creer (en breve me voy
a
misa) pero sí diré que para mí el proceso creativo es, en ese sentido,
algo así
como una aventura: No sé qué hay al final de ese proceso, no
puedo verlo ni
tocarlo ni olerlo ni escucharlo ni saborearlo pero intuyo
que algo hay, y a
veces surge algo que sí puedo percibir, a veces surge
algo que ya no es una
creencia, es una creación. Una creación buena
o mala o regulinchi, pero es una
manera como otra cualquiera
de comunicarme conmigo y con otras personas.
Y diría más sobre el apasionante mundo de la creatividad, o sobre las
distintas creencias que tiene la gente, o sobre las cazas de brujas
(y de
brujos) que se desatan para imponer por doquier una determinada red
de
creencias, pero ya digo: me tengo que ir a misa. No sé si os lo había
dicho
nunca, pero soy feligrés de la Iglesia del Séptimo Boniato y hoy no
puedo
faltar porque he de confesarme, mentí sobre Dios Boniato Nuestro
Señor (O Diosa
Batata Nuestra Señora, en nuestra iglesia no hay
restricciones de género). Pero
sí, pequé, dije que el boniato es rico
en proteínas y no es así, las Sagradas Frituras
dicen que su fuerte no
son las proteínas ni tampoco las grasas, su fuerza está
en el
beta-caroteno y en su digestión suave y en sus hidratos
de carbono y
combate la arterioesclerosis y…
Pero no haré proselitismo, hala, me voy a misa ya, a ver si hoy no
me equivoco como el otro día, que entré en el templo equivocado y de
repente
un tío con cara de kebab deshidratado se puso a gritar ¡Alá es el
único bocata,
y Mayonesa es su profeta! Qué horror, que mal lo pasé, allí
en lugar de
comulgar hacían botellón con litronas de alioli…
En fin, me voy ya a misa, allí me espera una monja que me gusta mucho
porque es muy lista… y muy boniata. Ella es quien me atiende en
el confesionario. Yo como siempre le confesaré mi amor y
ella, como siempre, me
dará calabazas.