dilluns, 18 de maig del 2020



















Mentes encerradas que no se resignaron. Mentes que aprendieron 
a saltar y nunca se acomodaron a verdades que, en el fondo, siempre 
sintieron como látigos, cadenas, mentiras. Esas mentes son mis compañeras, 
porque no abandonan a su suerte a su corazón, porque saben que nunca, 
nunca, hay que cansarse de buscar nuevas formas de buscar. 

Cuando las antiguas formas de buscar ya no llevan a ninguna parte, 
cuando las puertas permitidas solo son entradas al mismo laberinto de siempre,
atrévete, si quieres, a sacar de ti aquello que siempre tuviste, aquello 
que la mala educación no pudo borrar de tu memoria, 
aquello infinito e irrepetible que eres tú...