diumenge, 12 d’abril del 2020













No me detendré ahora en los agobios. Prefiero centrarme brevemente 
en las sillas. Porque es un mundo apasionante el de las sillas. Aunque ellas, 
que son muy listas y también muy pillas, me han pedido que no divulgue los 
secretos más inexplicables de su universo. Así pues, guardaré sillencio. Tengo 
su permiso, eso sí, para hacer algunas viñetas sobre ellas, pero no sé si hay 
público para chistes gráficos de sillas. Así pues, entro en duda: ¿Hago 
más viñetas silleriles? ¿Sí? ¿No? O, preguntado de otra manera: 
¿Ni? ¿So? O hagamos la pregunta más complicada: ¿Xí? ¿Lo? 
¿Fo? ¿No? En fin, mientras resuelvo tanta duda, no 
esperaré sentado y me iré con la música 
a otra parte, allí tocaré el sillófono 
y cantaré con todas las sillas 
que quieran acercarse. 

Ah, por cierto: no he perdido la chaveta. Lo que pasa es que, 
ciertamente, es un mundo apasionante el de las sillas. 
Ellas me entienden a mí. Y yo las entiendo a ellas. 

Hasta luego, lindos culos.