dimecres, 22 de maig del 2019















Este chiste me lo contaron unas abejas aquel día que 
confié en un hombre sabio y me metí sin miedo en 
un campo lleno de flores (y lleno de abejas)

Salí de allí sin una picadura y con la certeza de que ellas (las abejas) 
son las amantes soñadas de ellas (las flores). Y también supe que 
no hay miel que por bien no venga, pero esa ya es otra 
historia ¿o quizá otra viñeta? 

>> Sí, sí que lo es <<


¡Hasta luego!