A tormenta dos
Y te veo, no sé cómo ni desde dónde, pero te veo. Te sumerges en
un mar de mentiras, de engaños, de ilusiones. Te entregas a
una corriente hipócrita, maldita, llena de pretensiones. Te
hundes en un océano de paradigmas, agitado, lleno de
decepciones. Y te veo, y no sé cómo, pero te veo.
Y te siento, no sé cómo ni por qué, pero te siento. Te siento palidecer
ante una cortina de dudas, agitarte ferozmente con el temblor
de la verdad, arrancarte la piel a tiras con la única
presencia de un significado real.
Y te busco a todas horas, pero nunca
me encuentro. Y permaneces perdido en un
todo aleatorio y tormentoso. Y me busco en todo momento, pero
nunca te encuentro. Y continúo confusa en este lugar caótico y poderoso.
Y no sé cómo ni porqué; pero te busco, y permaneces, y continúo.
texto de Iballa Rodríguez Herrera