La versión primera de esta viñeta la hice hace unos años,
cuando en la vida existían todavía aquellos bichos tan
desagradables y tan biodesagradables y tan jrrfksmfuffkgrrr.
Ahora, por fin, gracias al esfuerzo de tantas personas, al espíritu crítico
y a las movilizaciones sociales y a la empatía y a la inteligencia y a la
bondad alzada con alegría y valentía, ya la pesadilla terminó y ya
nos podemos mirar unas a otras satisfechas por nuestra
capacidad de decidir, de actuar y de soñar en libertad.
Qué bien todo, ¿eh?, qué bien... Menos mal que nos
queda la iro y la nía... Menos mal...