divendres, 4 de desembre del 2015











En mi caso no fue ayer, fue hace unos días cuando me metí 
en ese lugar. Por lo menos fue en la parte sana de ese sitio, y 
no en la parte cochina... Pero sí, me metí ahí. Fue al entrar en un 
blog que estaba muy bien, me gustó mucho el contenido: directo, 
diáfano y conciso... y además... no admitía comentarios. 

Me quedé allí, bien a gusto, un ratito y... sí, lo confieso: 
sentí una envidia de esas sanas, de esas que susurran: "jo, qué guay, 
esto está genial así y yo también quiero eso para mi blog." 
Y claro, enseguida caí en la cuenta: solo hace un par de meses que 
volví a activar los comentarios en este planeta, después de un período 
largo de tenerlos inactivos. Ay ay ay... Sí, entré en contradicción. 

Y yo cuando entro en contradicción... no me soporto. Tengo que 
salir pronto de ahí o acabo empezando lo que ya acabé. 

(Sí, así acabo yo en situaciones así: 
atrapado en el bucle absurdo de empezar lo que ya acabé)  

Me vi bamboleando en la cuerda floja de la indecisión y... lo confieso, 
querido público: es algo con lo que no puedo. En esto soy de natural 
intransigente, y no solo conmigo, me pasa con todo el mundo. 
"Las cosas claras y el chocolate espeso", me decía un colega 
mientras se curraba un porro y yo le reprochaba 
que le metiera tanto costo...

(uf, qué porros aquellos, bien cargaditos 
y bien humeantes...)

Pues sí, no me gusta tener 
las cosas inclaras, y 
aunque ya no 
fumo porros 
y ya solo 
tomo chocolate 
en taza, pienso como 
mi colega: "La vida es 
como un porro: si tienes ganas 
de fumártela pero no te decides... 
acabarás más quemado que el culo 
de un cohete." 

Sí, mi colega era muy gráfico en sus explicaciones existenciales...

Pero a lo que íbamos: no me gusta vivir en la inclaridad 
durante mucho tiempo. Cierto es que es bueno tener paciencia 
con Segúnquégente y también con Migomismo, 
pero llegados a cierto punto... 

Llegados a cierto punto hay que saber salir de los bucles infinitos. 


Y por eso, después de entrar en aquel blog que no admitía comentarios 
y sentirme indeciso en grado sumo... Fui a ver a mi psicoterapeuta. 


No sé si os he hablado nunca de mi psicoterapeuta. 


Es un tipo muy simpático. 


Voy a saludarlo y así lo conocéis:



¡Buenos días! 















Bien. Ya lo habéis conocido (o reconocido)
Es un tipo coherente donde los haya, y me ayuda 
a recapacitar cuando pierdo el sur (yo el norte 
no lo pierdo casi nunca, yo si acaso pierdo el sur).


Pero... en fin, a lo que iba: después de tener 
una sesión de 54 horas y 12 minutos con mi 
psicoterapeuta, tuve claro el tema: 


No tenía ni idea de lo que quería hacer 
con los comentarios de mi blog. Recordé que 
cuando lo inauguré, desactivé los comentarios, 
y que 9 meses después los abrí. Y que año y medio 
después los volví a quitar, y que 7 meses después 
los volvía a activar... y que ahora, después de 2 mesecitos 
con los comentarios activados... 

Ardía en deseos de volver a cerrarlos para siempre. 

Así que salí a caminar por aquí cerca de mi casa, 
por los caminos que salen de Castelló-city y se meten 
en los huertos y llegan a la playa y suben luego por la carretera 
hasta llegar a Logroño capital y, así como sin querer, 
llegué a Dublín, pasando antes por los campos de Castilla 
y por la albufera de Valencia. 

Tanta caminata me llevó a despejar la inclaridad, 
vi claro que yo comento muy poco en los otros blogs, 
que me gusta muchas veces ir de aquí para allá pero 
sin dejar comentarios, y que no me disgusta que la gente 
comente en mi blog, y que lo correcto para con la libertad 
de expresión es no impedir a nadie que comente 
mis posts, y que, como dice mi agente, 
es bueno que yo deje comentarios 
en abundancia por todos lados, 
para promocionarme, 
y que también 
me interesa 
que la gente 
comente en mi 
blog, porque eso 
genera buen rollo y 
estimula la fidelidad en 
las visitas y que cerrar los 
comentarios es algo así como 
apagar luces del escaparate... 


Por cierto, ¿conocéis a mi agente? 


Lo voy a saludar:


¡Buenas noches! 











Es majo, mi agente, ¿eh? :-) 


Bueno, en resumidas cuentas, después 
de tantas cavilaciones en aquella larga caminata, 
vi claro un montón de argumentos que me indicaban 
que lo más sensato, lo más coherente y lo más normal 
era dejar abiertos los comentarios. 

Sí, pero...

Vi claro que seguía viéndolo inclaro.


Hasta que...



En fin, hasta que decidí hacer lo que 

me sale de la intuición, lo que me permitirá 
fumarme la vida a mi manera, no como se supone 
que hay que hacerlo (cosa que nunca he sabido hacer, 
la verdad), sino como siento y pienso que debo fumármela. 


Una cosa es verlo todo claro 
y otra es sentirlo todo claro. 


Y cuando lo ves y lo sientes claro...


En fin, ahí se acaban las dudas.






Y es por eso que cierro los comentarios 
de este planeta llamado Acapu de manera definitiva. 

Quiero agradecer, eso sí, a las personas que 
han dejado sus comentarios estas últimas semanas, 
a pesar de que yo no he estado muy prolífico en 
palabras en sus blogs. Y en especial a M. Roser, que 
ha aguantado ahí en solitario en los últimos posts, 
y a Tesa Medina, María Paz, Amapola Azzul, 
Rafa Hernández, Ishtar, Raquel, Antonio y Marinel. 
Muchas gracias por no cansaros de venir tantas 
veces y con tan buen rollo... :-)

Y también a Eider, Luz Leira, La Malquerida, tRamos, 
Cayetano Gea, Tracy, Anna Jorba Ricart, Tamara VN, 
Pilar V, I.R.H., Fernando Christian Rodríguez, anuar bolaños, 
Cristina Parias, María Socorro Luis, Montserrat Llagostera, 
Athenea, Luz Caroba, LA ZARZAMORA, sa lluna, Pato, 
emejota, Carlos MxAx, Juan Carlos Partidas, Arantza G., 
RECOMENZAR, Loreto Giralt, Xindansvinto, Adriana, 
Mª José Sánchez, Isabel Martínez Barquero, Milena, 
José Vte., Juglar, Loli Pérez y angalu. 


Sé que todo esto suena a despedida 
(y en cierto modo lo es) 
pero nos seguiremos viendo, 
por lo menos durante un tiempo, 
y es muy posible que deje caer algunas 
palabrejas en vuestros blogs, aunque sea 
muy de uvas a peras. Y por otro lado... 


Casi todo lo que publico aquí, sale también 
en mi página de Facebook Manos arriba, esto es un Acapu

Y una buena parte, en la comunidad de dibujantes Mi Lápiz


En esos sitios podéis comentar sin problemas.

Y esto es todo por hoy, siento si alguien 
no acaba de aceptar muy bien este baile 
que tengo con los comentarios, pero entre 
gente rara nos comprendemos y sabemos 
que la vida cada cual se la fuma como 
buena o malamente puede... 

Y ahora mismo yo poco más puedo dar, 
aparte de mis microrrelatos dibujados (léase viñetas) 
y demás historietas pintarrajeadas (léase cosas 
que hago) :-) 


Ahí va un abrazo para quien lo quiera. 






:-)




Y antes de despedirme, voy a saludar 
a mi secretario particular, no sé 
si sabéis quién es... 



¡Hasta pronto, Cactus!